Conocer cómo se construye un cerebro será fundamental para entender cómo funciona la mente humana.
El cerebro es un fractal, se construye como un fractal, se construye como los árboles. En la construcción fractal el borde interactúa o modifica el interior, y viceversa. Es una construcción ordenada y, por tanto, elástica. Es la única forma de construcción posible en la Naturaleza. Los árboles se construyen así, donde el crecimiento del borde se traduce en anillos concéntricos en el interior, y el interior tiene la capacidad de generar crecimiento en el borde.
Las pirámides de Egipto también se construyeron como fractales, las pirámides son árboles y los árboles son pirámides. Las pirámides son una metáfora de cómo se construye en la Naturaleza. Desde arriba se produce un desplazamiento de células en el borde que provoca un aumento de volumen en el interior. Todo el cuerpo humano está construido como los árboles; el cerebro, los pulmones, el sistema nervioso, el sistema circulatorio, las extremidades etc..
Partes del cerebro
Al igual que en los árboles, en el cerebro podemos distinguir un borde o corteza, similar al follaje de los árboles, y un núcleo o tronco del árbol.
En el borde o en la corteza se sitúa la conexión con el exterior, los sentidos, las imágenes y la imaginación. La corteza cerebral es como un campo florido en primavera, un mosaico o tapizado de fractalidades floridas que buscan la relación. La corteza cerebral tiene ese aspecto tan arrugado porque en ella prima la componente horizontal, en su construcción prima la horizontalidad. Ello es debido a dos cuestiones estructurales o funcionales, una cuestión funcional que consiste en favorecer el desparrame para generar memoria y otra cuestión estructural de anclaje de la fractalidad. Casualmente en las capas más superficiales de la corteza abundan las células o neuronas horizontales de Cajal-Rezius productoras de reelina. Las células horizontales de Cajal-Rezius son las flores del cerebro. Bajos niveles de reelina se documentan en casos de esquizofrenia. Y al igual que en una cama elástica con anclajes defectuosos, se incrementa la concavidad donde residen los miedos y también la plasticidad que alimenta al mal, a la ira, a los celos y a la envidia.
En el núcleo o tronco se sitúa la reacción, la elasticidad que se traducen en abstracción , en memoria y en música.
El cerebro es un árbol, la música y la abstracción son el tronco estático y los sentidos y la imaginación son las hojas movidas por el viento.
La afectación de esta estructura arborescente se aprecia en la mayoría de las enfermedades mentales como el autismo, la esquizofrenia o el alzheimer. Por ejemplo, en el autismo el tronco estático permanece. Funcionan islas como la abstracción (se relacionan mediante imágenes), el dibujo o la entonación musical perfecta. En cambio la relación con el borde, con la corteza está alterado y el lenguaje es una actividad cerebral que requiere constantemente del flujo procedente de la corteza.
Los autistas sí son buenos en abstracción (imágenes visuales). En lo que tienen problema es en los mecanismos para generar esas abstracciones porque dependen del borde. Pero si se las das hechas las entienden perfectamente. A los autistas hay que darles la escena (abstracción visual) hecha porque ellos son incapaces de generarla porque requiere de ciertos malabarismos cerebrales. Cuando observamos una imagen estamos usando el tronco estático del cerebro que prescinde de los bordes. Quizás la vista sea el sentido más vertical de todos.
Funcionamiento del cerebro
De forma simplificada, el cerebro es elasticidad. Mediante el cerebro elaboramos respuestas ante el entorno. La actividad cerebral es un flujo constante entre el borde y el tronco o interior. La información que llega al borde procedente de los sentidos se traslada en 150 milisegundos al "tronco" donde se elabora una respuesta y donde se transforma en elasticidad, en abstracción para fabricar dicha reacción.
Si esta reacción es de movimiento entonces se encauzará por el sistema nervioso central. Si la reacción es linguística, la respuesta es más compleja porque implicará a la memoria, a la abstracción y nuevamente a los sentidos y a la imaginación que tienen lugar en la corteza.
Toda la información del borde captada por los sentidos se traduce en el tronco-interior en elasticidad, generando consciencia. Crear una escena consciente se tarda 150 milisegundos.
En el tronco-interior, en la elasticidad, es donde reside la abstracción. Una vez traducido todo en elasticidad-abstracción, en el tronco es donde se amasa la respuesta y tiene lugar el pensamiento. Que la abstracción y la elasticidad sean similares implica que se sitúen muy cerca de la isla musical, que también es elasticidad. Esto lo podemos observar en los cerebros de los autistas.
Como dijimos anteriormente el cerebro se comporta como un árbol, el borde-las hojas son los sentidos y el tronco es la abstracción, la música, la memoria (la elasticidad en definitiva y en una palabra) donde se elaboran las respuestas. La consciencia es un flujo constante reversible entre el borde y el núcleo-abstracción-elasticidad. La consciencia consiste, en este sentido, en arrancar una historia a una nube de probabilidades resultante del flujo constante entre el borde y el "tronco".
Todas las imágenes del córtex se traducen en abstracción-elasticidad interna. En el interior mediante la abstracción amasamos esa elasticidad y jugamos espacialmente con ella para elaborar una reacción correcta. Cuando amasamos la elasticidad mediante el uso de la abstracción estamos pensando. El pensamiento es amasar la elasticidad mediante la abstracción. Es entonces cuando estamos pensando y dejamos a un lado los sentidos y no prestamos atención. Estamos abstraidos porque ya tenemos previamente toda la información del córtex traducida en elasticidad. Ahora la estamos manipulando. En este proceso el cerebro también utiliza la corteza mediante la memoria, la imaginación y la recreación de imágenes. Estamos pensando para elaborar una reacción. El pensamiento abstracto puro está muy cercano a la música y a las reacciones del movimiento como la danza. La mayoría de los verbos expresan conceptos abstractos, expresan acción y movimiento.
La afectación de esta estructura arborescente se aprecia en la mayoría de las enfermedades mentales como el autismo, la esquizofrenia o el alzheimer. Por ejemplo, en el autismo el tronco estático permanece. Funcionan islas como la abstracción (se relacionan mediante imágenes), el dibujo o la entonación musical perfecta. En cambio la relación con el borde, con la corteza está alterado y el lenguaje es una actividad cerebral que requiere constantemente del flujo procedente de la corteza.
Los autistas sí son buenos en abstracción (imágenes visuales). En lo que tienen problema es en los mecanismos para generar esas abstracciones porque dependen del borde. Pero si se las das hechas las entienden perfectamente. A los autistas hay que darles la escena (abstracción visual) hecha porque ellos son incapaces de generarla porque requiere de ciertos malabarismos cerebrales. Cuando observamos una imagen estamos usando el tronco estático del cerebro que prescinde de los bordes. Quizás la vista sea el sentido más vertical de todos.
Funcionamiento del cerebro
De forma simplificada, el cerebro es elasticidad. Mediante el cerebro elaboramos respuestas ante el entorno. La actividad cerebral es un flujo constante entre el borde y el tronco o interior. La información que llega al borde procedente de los sentidos se traslada en 150 milisegundos al "tronco" donde se elabora una respuesta y donde se transforma en elasticidad, en abstracción para fabricar dicha reacción.
Si esta reacción es de movimiento entonces se encauzará por el sistema nervioso central. Si la reacción es linguística, la respuesta es más compleja porque implicará a la memoria, a la abstracción y nuevamente a los sentidos y a la imaginación que tienen lugar en la corteza.
Toda la información del borde captada por los sentidos se traduce en el tronco-interior en elasticidad, generando consciencia. Crear una escena consciente se tarda 150 milisegundos.
En el tronco-interior, en la elasticidad, es donde reside la abstracción. Una vez traducido todo en elasticidad-abstracción, en el tronco es donde se amasa la respuesta y tiene lugar el pensamiento. Que la abstracción y la elasticidad sean similares implica que se sitúen muy cerca de la isla musical, que también es elasticidad. Esto lo podemos observar en los cerebros de los autistas.
Como dijimos anteriormente el cerebro se comporta como un árbol, el borde-las hojas son los sentidos y el tronco es la abstracción, la música, la memoria (la elasticidad en definitiva y en una palabra) donde se elaboran las respuestas. La consciencia es un flujo constante reversible entre el borde y el núcleo-abstracción-elasticidad. La consciencia consiste, en este sentido, en arrancar una historia a una nube de probabilidades resultante del flujo constante entre el borde y el "tronco".
Todas las imágenes del córtex se traducen en abstracción-elasticidad interna. En el interior mediante la abstracción amasamos esa elasticidad y jugamos espacialmente con ella para elaborar una reacción correcta. Cuando amasamos la elasticidad mediante el uso de la abstracción estamos pensando. El pensamiento es amasar la elasticidad mediante la abstracción. Es entonces cuando estamos pensando y dejamos a un lado los sentidos y no prestamos atención. Estamos abstraidos porque ya tenemos previamente toda la información del córtex traducida en elasticidad. Ahora la estamos manipulando. En este proceso el cerebro también utiliza la corteza mediante la memoria, la imaginación y la recreación de imágenes. Estamos pensando para elaborar una reacción. El pensamiento abstracto puro está muy cercano a la música y a las reacciones del movimiento como la danza. La mayoría de los verbos expresan conceptos abstractos, expresan acción y movimiento.
Cuando hacemos malabarismos espaciales de arriba-abajo o de izquierda-derecha, muy vinculados al movimiento y a la coordinación o cuando jugamos con la sintaxis del lenguaje estamos usando principalmente la abstracción, estamos amasando la elasticidad. A veces este proceso se apoya en imágenes recreadas en la corteza, en la memoria y en la imaginación. Por ejemplo, desde el lenguaje y desde la abstracción podemos decir "yo quiero Pedro no venir" o decir "no quiero que Pedro venga". Podemos decir "Pedro escapa del perro" o "el perro persigue a Pedro" o "Pedro y el perro corren" o "Pedro del perro escapa". En todos los casos estamos recurriendo a la abstracción, estamos amasando la elasticidad, estamos jugando con la abstracción interna que también se apoya en recreaciones de la corteza mediante imágenes usando la memoria. Pero hace tiempo que las imágenes de Pedro y el perro viajaron del córtex hacia el "interior cerebral" y se tradujeron en abstracción, crearon una escena en la consciencia. Una escena se crea en la consciencia a partir de imágenes del córtex y de los sentidos y tarda 150 milisegundos en generarse. Cuando pensamos estamos manipulando la abstracción, jugando con el espacio y con la sintaxis. Es una cuestión de matices de colocación espacial que una frase tenga un significado u otro, expresen un pensamiento u otro, a pesar de contener los mismos elementos.
Debido a esta estructura arborescente del cerebro, recordamos mejor los esquemas arborescentes, valga la redundancia. Cuanto más "ventea", más "pulula" por la extensión de la corteza más potente es la "vibración" en la memoria y más potente es el recuerdo.
Con la memoria, que reside también en el tronco, podemos generar nuestras propias ventoleras en la corteza, es entonces cuando decimos que imaginamos. La memoria como elasticidad se encuentra en el tronco junto a la abstracción y a la música.
La abstracción, la memoria, la elasticidad en una palabra, son armas que ayudan a configurar la inteligencia. La inteligencia es elasticidad. Pero tener un borde sensorial potente también es imprescindible para la inteligencia pues ayuda a elaborar escenas más completas y tomar decisiones con mayor información. La inteligencia es elasticidad y viene determinada por el equilibrio entre el borde y el tronco.
El cerebro de los hombres y de las mujeres es diferente. Los hombres tienen un tronco más robusto y son más potentes en abstracción. Las mujeres tienen un borde más ramificado y se relacionan mejor con el exterior, prefieren el lenguaje que recurre mucho al borde y las relaciones personales con sus semejantes. Es por este motivo que hay más niños autistas que niñas. Pero esto no quiere decir que unos sean más inteligentes que otros. Todo se basa en un equilibrio entre el borde y el tronco. Las mujeres son las de la intuición y los sentidos, las de las primeras impresiones rápidas. Los hombres son los del pensamiento abstracto, masticado y elaborado espacialmente, los de las reacciones lentas. Como ya dijimos anteriormente, la consciencia surge de la interacción entre el borde y el tronco, por lo que tener un borde muy desarrollado nos inducirá una respuesta abstracta mejor pues posee mayor información sensorial y más matices. Es el caso de las mujeres. Un borde pobre pero una abstracción potente permitirá respuestas más pensadas, más amasadas espacialmente, y por tanto, más contrastadas pero también más lentas y más pobres. Es el caso de los hombres. Puede que entre el cerebro de un hombre y de una mujer no existan diferencias físicas considerables o apreciables y aun teniendo los mismos "receptáculos" o "áreas", sí es cierto que siendo la abstracción un habitáculo, los hombres la frecuentan más (digamos que en el caso de ser una habitación la ocupan al 20% con sus cosas) lo que puede derivar a la larga en un mayor desarrollo de esta habilidad que se traduce en una mayor asiduidad y comodidad a la hora de usar este recurso. Lo mismo ocurre para las mujeres, si la corteza cerebral donde reside la materia gris y que da soporte a los sentidos o a la información es una habitación, las mujeres la visitan con mayor frecuencia o asiduidad que los hombres lo que puede derivar a la larga en un mayor desarrollo de la misma en mujeres que en hombres, simplemente como herencia de unos hábitos de vida, de costumbres o comportamientos sociales o por tu configuración física que condicione o determine un comportamiento. Por lo tanto, digamos que no existen diferencias físicas entre el cerebro de un hombre y de una mujer, sólo y quizá hagan un uso diferente de las distintas dependencias del cerebro como consecuencia de un estilo de vida.
© Marcos Castro Vilas
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