miércoles, 22 de febrero de 2023

Philosophiae zoologica quantica

 
  
La vida tiene su origen en la reversibilidad de ciertas reacciones químicas sencillas que acabó dando lugar a un metabolismo reversible más complejo. La elasticidad, en este caso la reversibilidad, siempre construye generando una topografía de relaciones, pasados que construyen futuros y futuros que construyen pasados para tener así un instante presente inteligente. Toda nube de relaciones es susceptible de generar una bolsa de pasados y una bolsa de futuros que interactúan entre ellos en el momento que intentamos arrancar una historia de la misma. Es el concepto o principio de reciprocidad adaptativa en el que la causa y el efecto son intercambiables y con el que el escritor metido a científico Edgar Allan Poe finaliza de forma brillante su último libro de ciencia titulado Eureka.
Realmente y atendiendo a este modelo, los seres vivos se comportan como estructuras fundamentadas en el principio de la elasticidad y cualquier cambio en la distribución de las cargas desemboca en una reconfiguración interna que se traduce en una cascada de cambios, algunos de ellos de consecuencias impredecibles como si se desatara una auténtica tormenta. Las diferentes especies están tan conectadas o imbricadas estructuralmente con el medio ambiente que cualquier cambio en éste supone un cambio de cargas en el sistema elástico que las obliga de nuevo a reorganizarse internamente, según el principio lamarckista de causa y efecto. La jirafa no sólo estiró el cuello para alcanzar frutos elevados, sino que simultáneamente o paralelamente, como cualquier estructura, unas partes afectaron a las otras y desarrolló un complejo sistema circulatorio de válvulas para bombear sangre al cerebro. Todavía estoy buscando un paleoantropólogo que me explique la evolución humana con sus cambios en la estructura ósea según los parámetros ortodoxos del darwinismo y sus famosas mutaciones azarosas, a ver quién es el valiente que explica el proceso de la reabsorción ósea del rostro y de la cara en humanos a partir de un único individuo que sufrió una mutación al azar. Deberíamos dejar de hacer tanto seguidismo anglosajón.
El darwinismo es una teoría fake en parte y en esencia, una teoría de medias verdades o medias mentiras de tipo finalista. Darwin era hijo de un prestamista-financista que sólamente llegó a la conclusión de tipo finalista, verdadera pero fascista, de que los que "más tienen", "los más fuertes", "los más sanos" parten con ventaja, el capitalismo como organización económica basada en el ventajismo. El darwinismo es para la evolución un aditivo, un mejorante, que se sustenta desde un punto de vista estructural en el principio de que ante un riesgo serio de colapso las partes más resistentes de la estructura se ven favorecidas. Es en este sentido una ideología muy animal propia de quien percibe pero desconoce. El asunto de las mutaciones azarosas es una extrapolación errónea de la plasticidad caprichosa y fenotípica derivada de la domesticación, un evento, por otra parte, claramente lamarckista. A este respecto soy creacionista en la medida en que creo que la elasticidad siempre construye según el precepto de la llamada "voluntad divina" y creo en el "diseño inteligente" en la medida en que esa misma elasticidad que siempre construye genera una topografía de relaciones con su bolsa de pasados que construyen futuros y su bolsa de futuros que construyen pasados para arrancar así una historia evolutiva y vital a esa nube de relaciones. Pero también creo firmemente en la evolución de los sistemas elásticos en base al concepto de reciprocidad adaptativa en la que el pasado construye futuros pero los futuros tienen la capacidad a la vez de modificar el pasado, tal que Jano patrón de los arquitectos.
En relación con lo anterior podemos decir que el fenómeno evolutivo en seres pluricelulares, y teniendo en cuenta que todo ser pluricelular es un árbol, se basa, desde un punto de vista elástico, en mermar o exacerbar jerarquías-reiteraciones-fractalidades según las necesidades y según las nuevas necesidades que la propia evolución demanda al más puro estilo lamarckista. Las jerarquías-reiteraciones-fractalidades son adimensionales como sabe cualquier programador informático, son como las relaciones bioquímicas, caben en una molécula, y se estiran y se encogen como la tripa de San Jorge. La domesticación estriba precisamente en exacerbar jerarquías mermadas o agazapadas por la hostilidad de la vida salvaje. Reconocer aquellas especies que están más estresadas y que están agazapadas y tienen potencial es un arma poderosa para hacerlas evolucionar. Es el caso, por ejemplo, de la papa andina o el jitomate silvestre. La selección natural no es, pues, el motor de la evolución, la selección natural es circunstancial y darwiniana y unas veces se expresa y otras no y es contraria al hedonismo evolutivo basado en la exacerbación extrema y sin límites de un pavo real o de un lirio de mar como motor evolutivo.
La elasticidad siempre construye generando una topografía en la cual aparece el antes y el después, el pasado que construye futuros y esos futuros que tienen a su vez la capacidad de modificar el pasado. En este sentido los seres vivos constituyen una constante dialéctica entre el pasado y el futuro como el cerebro y, aparte de sus cerebros como principal instrumento adaptativo de tipo conductual, ellos mismos son un cerebro. De este modo cuando vemos un ratón lo que realmente estamos viendo es un instante de la historia de un ratón con sus pasados y sus futuros implícitos en la misma figura aparente del ratón. Es por este motivo que un ratón es una historia arrancada a una nube de elasticidad y es por este motivo que el genoma funcional de un ratón representa el 5% o el 10% de su ADN, el resto es el llamado ADN basura y es precisamente este decalaje o distancia existente entre la historia del ratón y la nube de elasticidad lo que nos permite hablar de futuros y pasados inherentes al propio ratón. Los presentes crean futuros y los futuros modifican esos presentes que pronto serán pasados al considerar otro instante como presente inteligente y esta dinámica hace que los sistemas elásticos avancen y evolucionen.
Los futuros están ahí, son inherentes a nosotros. A nivel microscópico los futuros los constituyen fundamentalmente las diferentes relaciones bioquímicas de células y bacterias pero a nivel macroscópico, en seres pluricelulares, los futuros los constituyen las fractalidades agazapadas (¿Quizás retrotransposones del ADN basura?), porque todo ser pluricelular es un árbol. Cuando observamos una bacteria o una célula estamos viendo una historia en un instante concreto, una historia arrancada a una nube de elasticidad o de relaciones en la que los pasados y los futuros son consustanciales. Hay multitud de relaciones bioquímicas transversales que no tienen una expresión fenotípica, genética o proteica o que simplemente no son funcionales pero que están ahí e influyen o tienen la capacidad de influir en la historia vital de un microorganismo y que, por tanto, constituyen futuros, porque de lo que se trata es de arrancar una historia dentro de una nube de elasticidad según los postulados de la mecánica cuántica.
 
 
  
 

 
La evolución a nivel macroscópico se basa primordialmente en mermar y en exacerbar jerarquías o fractalidades. Estamos construidos de jerarquías agazapadas que constituyen futuros esperando ansiosas en ser exacerbadas como un árbol espera ansioso por la llegada de la primavera. Las garras poderosas de los topos, la cornamenta de un ciervo o de un bóvido, el pico de un kiwi o las patas de una garza son fractalidades exacerbadas. Una membrana residual, el patrón de un pelaje o el color de unas patas, la forma misteriosa de un lóbulo, pueden esconder una relación latente o ser una fractalidad agazapada. Por un lado el principio de mínima energía y por otro lado la voluntad divina que siempre construye son los preceptos contrarios en los cuales bascula el frágil equilibrio evolutivo. Mermar, esto es retroceder, contra todo pronóstico, puede ser un potente mecanismo evolutivo pues te permite elegir otro camino evolutivo. La evolución de los pinnípedos a partir de mamíferos carnívoros terrestres se explica a partir de la merma y de la exacerbación de diferentes partes de su morfología, del mismo modo podemos explicar la evolución de los cetáceos a partir de ciertas especies de animales de la familia de los artiodáctilos, como los hipopótamos, sus parientes terrestres más cercanos.
Al respecto es muy interesante la evolución de los dedos de las patas de los artiodáctilos y de los perisodáctilos. Los artiodáctilos o ungulados de dedos pares son mamíferos cuyas extremidades terminan en un número par de dedos. Los dedos más desarrollados son el tercero y el cuarto, los otros tres dedos están presentes, están ausentes o son vestigiales o apuntan hacia atrás. En cambio, en los perisodáctilos o ungulados de dedos impares soportan el peso de su cuerpo sobre uno de los cinco dedos, en este caso el tercero, como en el caso del caballo, o en tres, como en el caso del rinoceronte. En el caso de los perisodáctilos, el dedo central (tercero) se hace más grande y los demás se reducen: "Hace miles de años los caballos eran herbívoros del tamaño de un perro grande y sus patas estaban terminadas en varios dedos. A medida que su tamaño fue incrementándose y con el objetivo de absorber mejor los esfuerzos generados durante la carrera estos dedos originales se fueron atrofiando paulatinamente hasta quedar reducidos en uno solo recubierto por una pezuña protectora de queratina". "Si el caballo actual (dice Danowitz) tiene un dedo por extremidad anterior, esperaríamos que cada uno de ellos tuviera un total de dos venas, dos arterias y dos haces de nervios. Sin embargo, nuestras disecciones encontraron entre cinco y siete haces neurovasculares por extremidad anterior, lo que sugiere que los dedos adicionales comienzan a desarrollarse pero no se diferencian por completo".
 
 

 

 
 © Marcos Castro Vilas, arquitecto
 
 
 
 

martes, 21 de febrero de 2023

Philosophiae naturalis principia quantica

 
Diferencia entre computación clásica y computación cuántica
 
 
Los gallegos somos ya de por sí un pueblo que culturalmente tenemos muy interiorizado el funcionamiento de la mecánica cuántica no sólo por nuestra costumbre cotidiana y habitual de responder a las preguntas con un indeterminado y nebuloso "depende" sino también por nuestra ancestral tradición de señalar y sacralizar los cruces de los caminos con un cruceiro de piedra. Los cruces de los caminos siempre fueron un lugar propicio para el encuentro y la observación, un lugar donde los caminos difusos de la eternidad se concretan y se vuelven a reencontrar y, por tanto, un lugar muy apropiado para arrancar una historia vital.
Decía Richard Feynman, físico teórico de la mecánica cuántica, que quien cree entender la mecánica cuántica es que quizás no la entendió del todo bien. Quizás no entendemos la mecánica cuántica porque tampoco entendemos adecuadamente la realidad y somos incapaces de apreciar en qué medida la mecánica cuántica se expresa en la realidad cotidiana y viceversa. Los esquemas de relación cuántica se repiten tanto a nivel nanoscópico como a nivel macroscópico, hay que saber distinguirlos utilizando la abstracción y dejando que la elasticidad construya libremente. La finalidad última de la mecánica cuántica, que se manifiesta tanto en lo más pequeño como a nivel de entornos macroscópicos, es otorgar la posibilidad de arrancar una historia particular desde una nube de elasticidad o de relaciones, porque la elasticidad siempre construye, generando una topografía en la cual los pasados construyen futuros y los futuros construyen pasados tal que el dios romano Jano, patrón de los arquitectos. La mecánica cuántica es la "mecánica" o "teoría" que mejor se ajusta y mejor explica el funcionamiento de la realidad pues permite conjugar comportamientos particulares dentro de sistemas elásticos. Gracias a la mecánica cuántica o la mecánica cuántica existe o funciona de esa manera tan arquitectónica para que podamos arrancar una historia dentro de una nube de posibilidades o probabilidades en aras de la adaptabilidad.
Podemos, por tanto, enunciar dos leyes fundamentales de la mecánica cuántica:
La primera ley es que la elasticidad siempre construye, tiene vida propia, la llamada "voluntad divina", generando una topografía en la cual aparece el antes y el después, el pasado y el futuro. Quizás sea éste el concepto más perturbador para los físicos, acostumbrados como están a tener el control experimental de todo, pero que conocemos bien los arquitectos.
La segunda ley fundamental de la mecánica cuántica es que nos permite arrancar una historia a una nube de elasticidad o de relaciones. Este concepto es trascendental desde el punto de vista de la adaptabilidad y la inteligencia y, por tanto, será un principio esencial en la teoría de la evolución de los seres vivos. Es el fenómeno más mágico del experimento de la doble rendija en el cual mediante la observación estamos arrancando una historia a una nube de relaciones, el electrón al ser observado deja de comportarse como una onda de probabilidades o de futuros para convertirse en una partícula con una trayectoria conocida, con un pasado y un futuro concreto. La observación anula la función de onda y lo que imaginamos no existe para el observador, sin embargo es algo que influye en lo observado, es el principio en el que se basa el metaverso. En mecánica cuántica podemos observar los futuros como una nube de probabilidades en la función de onda.
La mecánica cuántica es posible o tiene lugar en sistemas elásticos que construyen. La elasticidad siempre construye y genera una nube de relaciones que simplemente existen, la magia de la cuántica estriba en que el pasado y el futuro son, son también presente, en cuántica no hay ni pasado ni futuro, simplemente es y es mediante la relación que el pasado y el futuro son al mismo tiempo presente. Cualquier nube de elasticidad o de relaciones es susceptible de generar una bolsa de pasados y una bolsa de futuros que interactúan entre ellos cuando intentamos arrancar una historia como en las buenas novelas o series de televisión. Cuando creamos una topografía o nube de relaciones, en el momento que arrancamos una historia, automáticamente se genera una bolsa de pasados y una bolsa de futuros que interactúan entre ellos. Para arrancar una historia lineal con un instante presente a una topografía o nube de elasticidad o de relaciones es necesario recurrir a conceptos temporales como el pasado y el futuro. Aparece entonces el concepto de flecha del tiempo, los pasados construyen futuros y esos futuros interactúan con el pasado, pero no con todos, algunos pasados acaban muriendo o ya no son necesarios y los que ahora son útiles generan también diferentes futuros y de este modo avanza la flecha del tiempo. Que se creen nuevos futuros y algunos pasados desparezcan provoca que la flecha del tiempo avance porque los pasados que quedan ya generan nuevos y diferentes futuros. 
 
 

 
Otro concepto importante que se deriva de la mecánica cuántica es el concepto de evolución o reciprocidad adaptativa según el cual el pasado construye futuros y el futuro construye pasados para así tener un instante presente inteligente, es el modo de diseñar y de construir por parte de los arquitectos. El futuro tiene la capacidad de modificar el pasado. Las nubes de elasticidad o de relaciones acaban creando sistemas de pasados que construyen futuros y futuros que influyen aparentemente en el pasado respecto de un instante considerado ahora presente, y es por este mecanismo recíproco por el cual las nubes de elasticidad o sistemas elásticos evolucionan. Mediante la mecánica cuántica podemos explicar la evolución de los seres vivos. Los seres vivos, aparte de su cerebro, ellos mismos son un cerebro. Es el concepto de reciprocidad adaptativa que desarrolló de manera brillante Edgar Allan Poe en su último libro y con el que finaliza su obra maestra titulada Eureka.
Según la mecánica cuántica el futuro puede modificar el pasado, es por este motivo que sea tan esquiva a la lineal observación clásica porque son sus secretos. El principio de incertidumbre de la mecánica cuántica se sustenta en la capacidad que tiene el futuro para modificar el pasado generando una nube frente a una trayectoria lineal concreta. El entrelazamiento cuántico se sustenta en la capacidad de la elasticidad para construir y para imaginar, de hecho el imaginario colectivo de una comunidad es una forma de entrelazamiento cuántico.
En la vida real cuando consideramos algo desde diferentes puntos de vista o desde diferentes ángulos para arrancar una solución óptima estamos aplicando principios de la mecánica cuántica. La mecánica cuántica es un cerebro y viceversa, el cerebro es mecánica cuántica. El pasado construye futuros distorsionando o reciclando experiencias pasadas. La elasticidad cuántica nos dice que hechos ocurridos en el futuro pueden cambiar el pasado para que todo tenga un discurso lógico. Es la forma lógica de construir. La música también se nutre de la magia de la mecánica cuántica en la medida en que arrancar una melodía a una nube de elasticidad es como arrancar una historia, se nos abre un abanico inmenso de posibilidades de notas futuras aunque éstas siempre estarán condicionadas por las notas que hayamos elegido en el pasado de la melodía.
Veamos con un ejemplo práctico cómo desde una nube de relaciones el pasado construye un futuro y cómo el futuro de forma mágica puede modificar el pasado para así tener un presente inteligente respecto de ese momento considerado ahora pasado:
"Partiendo de que la elasticidad siempre construye, un día le regalas una tarta de queso a tu vecina, como consecuencia y en agradecimiento, ella te invita a tomar un café con una amiga un fin de semana soleado del mes de marzo en una terraza de la ciudad. Durante la animada conversación en la terraza la amiga de tu vecina te comenta que estuvo de vacaciones en Canarias y se alojó en un hotel con un servicio horrible y nefasto. En ese momento esta relación se convierte en un futuro que modifica un pasado respecto a un instante que se considerará presente porque casualmente tú tienes pensado viajar a Canarias y alojarte en dicho hotel pero ante la información de la amiga de tu vecina decides contratar otro hotel más solvente y así tener un presente inteligente".
Efectivamente, en una nube de relaciones el futuro tiene la capacidad de modificar el pasado. En bioquímica ocurre lo mismo, hay multitud de relaciones bioquímicas que se nos escapan y que constituyen futuros y que en un momento dado pueden alterar o influir en el discurrir de una historia natural. Según la mecánica cuántica los futuros están ahí, están muy presentes, como en la magnífica película de "La casa del lago". Por ejemplo, nosotros podemos tener un amigo en la Argentina con el cual nos comunicamos por teléfono una vez al año y que no interfiere para nada en nuestro discurrir diario, pero que está ahí y que constituye un futuro.  
Veamos ahora con un ejemplo práctico cómo los esquemas de la mecánica cuántica se repiten también en relaciones a nivel macroscópico: "cuando llevamos mucho tiempo sin ver a una persona conocida podemos generar en nuestro cerebro una nube más o menos aproximativa de probabilidades de su posible trayectoria vital, cuando lo localizamos en un punto concreto de la ciudad automáticamente se nos abre en nuestra cabeza una bolsa infinita de probables pasados y de probables futuros que desconocemos por completo. Nuestra curiosidad, ahora que lo tenemos localizado en un lugar concreto de la ciudad, será abordarlo en la calle otro día cualquiera y preguntarle sobre su vida, sobre su pasado y sobre su futuro, y cuando hablemos con él automáticamente nos relatará su pasado pero también sus planes futuros y habremos arrancado mediante la observación una historia concreta a una nube de probabilidades".
 
 
 
 

 
La elasticidad siempre construye generando una topografía, el pasado construye futuros y el futuro construye pasados, es por este motivo que la mecánica cuántica es fundamental para entender el fenómeno de la evolución de las especies, tal y como adelantó Edgar Allan Poe con su visionario concepto de reciprocidad adaptativa. "Los seres vivos, más allá de su existencia particular, son una constante dialéctica entre el pasado y el futuro, como el cerebro y el diseño, aparte de sus cerebros ellos mismos son cerebros. En este sentido cuando vemos un ratón lo que realmente estamos viendo es un instante de la historia de un ratón con sus pasados y sus futuros implícitos en la misma figura aparente del ratón. Es por este motivo que un ratón es una historia arrancada a una nube de elasticidad y es por este motivo que el genoma funcional de un ratón represente el 5% o el 10% de su ADN, el resto es el llamado ADN basura, y es este decalaje o distancia existente entre la historia del ratón y la nube de elasticidad lo que nos permite hablar de futuros y pasados inherentes al propio ratón".
 





© Marcos Castro Vilas, arquitecto


lunes, 20 de febrero de 2023

La ciencia del volumen

 


 
La ciencia del volumen es, contra todo pronóstico, el principio fundamental que rige el desarrollo estructural de los seres pluricelulares, es, cuando menos, el armazón estructural en el cual se desarrollan las relaciones bioquímicas más fundamentales y también el que dirige la batuta del desarrollo embrionario. Frente a la bioquímica, que establece relaciones a otro nivel y es protagonista en escalas microscópicas, en escalas macroscópicas, como es el caso de los seres pluricelulares, es el volumen el que marca el compás estructural de su construcción, no cabe duda y no podía ser de otra manera que el volumen es un concepto profundamente arquitectónico y fundamental en cualquier construcción de la naturaleza de índole pluricelular. El motor de la vida y de la evolución son las emociones; la ira, la alegría, la tristeza o el miedo y todos los seres vivos las sentimos más o menos de la misma manera o con la misma intensidad porque todas las emociones se basan en la ciencia del volumen.
 
 


 COPOS DE NIEVE

Por todos es conocido que cuando el agua pasa de estado líquido a estado sólido, esto es se congela y se convierte en hielo, aumenta de volumen y es por este motivo que todos los copos de nieve son fractales pues necesitan volumen. Durante el proceso de congelación las moléculas de agua se reorganizan con nuevos enlaces que requieren o necesitan de un mayor espacio y para conseguirlo los copos de nieve se "desparraman" por todos los lados hacia el exterior de forma arborescente o de forma estrellada como si surgieran múltiples ríos en todas direcciones que buscan aumentar el espacio interior del copo de nieve. Es por esta razón que los copos de nieve son fractales, los fractales poseen una doble interpretación, por un lado constituyen una reiteración infinita que aporta volumen, la función más importante o principal, y por otro lado las reiteraciones aunque infinitas o adimensionales decrecen en intensidad y se producen a escalas aparentemente más pequeñas en la naturaleza por lo que a nivel práctico sirven para cerrar o colmatar procesos de crecimiento y de desarrollo. Es esta última, quizás, la propiedad más conocida o famosa de la fractalidad.
 
 


LAS NEURONAS

Las neuronas también tienen un evidente desarrollo fractal como se puede observar en su morfología tan característica. A diferencia del resto de células que se pueden considerar "bolitas" de metabolismo, las neuronas tienen un aspecto arborescente claramente sospechoso y que nos da pistas sobre su posible función. La función de las neuronas es transmitir información. En este sentido la construcción fractal se basa en reiteraciones o desplazamientos de borde que aportan volumen al núcleo del sistema considerado y se establece de este modo una comunicación o una relación en la que el borde modifica el interior y el interior modifica el borde gracias al volumen acumulado, como en el caso de los árboles. El borde aporta volumen al interior y ese interior acumula el volumen a modo de memoria capaz de reactivar nuevamente el borde. Se establece de este modo una relación de comunicación entre el borde y el núcleo basada en la reciprocidad. En este sentido las neuronas comparten esquema de desarrollo similar a las hojas de los árboles y a los propios árboles. Las ramificaciones arborescentes de las neuronas son las encargadas de aportar volumen al soma de la neurona y el soma tiene la capacidad recíproca en forma de memoria de reactivar el borde permitiendo la comunicación entre las neuronas, de la misma manera que el crecimiento de una hoja no sólo aporta volumen a la propia hoja sino que lo transmite a la rama consecuente y ésta al tronco del árbol correspondiente que lo almacena como una especie de memoria espacial en forma de volumen capaz de reactivarse en caso de ser podado. Es la ciencia en la que se basa la técnica milenaria de los bonsais.
 
 

 
HOJAS
 
El desarrollo de una hoja al igual que las neuronas y los copos de nieve es piramidal, es un fractal, esto es, desde la punta de la hoja se produce de manera repetitiva o reiterada un desplazamiento de borde desde arriba hacia abajo que provoca un aumento de volumen o bolsas de volumen en el interior de la hoja que son las responsables de dar lugar a la variedad formal de las hojas que existen en la naturaleza en función de donde se acumulen dichas bolsas de volumen. Las hojas en este sentido son como pirámides y es por este motivo que todas las hojas o casi todas tienen punta o rematan de forma puntiaguda recordando su pasado piramidal cuando eran entidades casi cupulares o tridimensionales. Al mismo tiempo, el volumen generado por el desarrollo de la hoja no sólo se transmite al interior de la hoja sino que se transmite a la rama consiguiente y ésta al tronco del árbol.
 
 

 
LOS BONSAIS
 
La ciencia del volumen o la ciencia de los fractales también está presente en la técnica milenaria de los bonsais. La técnica del bonsai se basa a grandes rasgos en contraponer dos mecanismos de efectos fundamentalmente antagónicos, por un lado técnicas que fomentan el volumen y el grosor y por otro lado técnicas que buscan todo lo contrario, esto es, disminuir la intensidad de la respuesta recíproca del volumen acumulado. Por un lado se permite el desarrollo del borde para que acumule volumen en el interior de ramas y de tronco a los cuales vamos dando forma con la poda y el pinzamiento y por otro lado, basándonos en la reciprocidad de la fractalidad, se busca disminuir el tamaño del propio bonsai mediante la merma del volumen acumulado, ya sea mediante la eliminación de raíces o bien mediante el defoliado total del bonsai, el bonsai va a intentar desde la memoria del volumen acumulado recuperar su forma originaria pero al tener más hojas donde repartir ese volumen y menos volumen que repartir, las hojas, como consecuencia, son progresivamente más pequeñas.
 
 

 

© Marcos Castro Vilas, arquitecto