sábado, 1 de abril de 2017

Cristóbal Colón e Isaac Newton; las Profecías y la Física Cuántica






Una de las conclusiones más sorprendentes del experimento de la doble rendija, de la física cuántica, es que observaciones realizadas en el futuro de una partícula pueden modificar su historia pasada, y obligarla a elegir un camino u otro entre una multitud de probabilidades.

Hasta el momento la física clásica nos había enseñado que el pasado existía como una serie bien definida de acontecimientos, pero en el mundo de la elasticidad cuántica todo cambia, y el futuro puede modificar el pasado. En cierta medida es lo lógico, ¿no creen?.

Según la física cuántica, el universo no tiene un solo pasado o una historia única. Que el pasado no tenga forma definida significa que las observaciones que hacemos de un sistema en el presente también afectan a su pasado.

Según el "experimento de elección retardada", llevado a cabo por el físico John Wheeler, el camino que toma cada partícula, es decir, su pasado, es determinado en su futuro, mucho después de que la partícula haya atravesado las rendijas, y presumiblemente haya tenido que decidir si pasa sólo por una rendija, y no produce interferencias, o por ambas rendijas y sí produce interferencias.

El Universo no tiene una sola historia sino todas las historias posibles, cada una con su propia probabilidad, y que nuestras observaciones futuras de su estado actual afectan a su pasado y determinan las diferentes historias del universo, tal como las observaciones efectuadas sobre partículas en el experimento de la doble rendija afectan al pasado de las partículas.

Este concepto ya era manejado de forma intuitiva en la Antigua Roma. Según los romanos, el dios Jano, patrón de los arquitectos y los proyectistas, tenía la capacidad de visualizar simultáneamente el pasado y el futuro y así obrar de manera inteligente en el presente. Es el origen del concepto de diseño inteligente.

Pensemos en un arquitecto que está trabajando en el proyecto de un edificio. El arquitecto tiene la capacidad de viajar al futuro y visualizar los posibles problemas que se puedan presentar, como, por ejemplo, la presencia de lluvia. Como consecuencia, modifica el pasado del edificio y planifica una cubierta  impermeabilizada. Cuando llueva en el futuro ese edificio funcionará correctamente. Es el diseño inteligente, según el cual, el futuro modifica el pasado, y cuando el futuro sea presente todo tiene un discurso lógico y coherente según la física clásica.

Este concepto novedoso de la elasticidad cuántica se observa muy bien en los mecanismos de defensa de los seres vivos, pensemos en los cuernos de los bóvidos, en los pinchos de algunas plantas o en los aguijones de las avejas y avispas. Todo ello se explica desde la premisa que el futuro puede modificar el pasado y así actuar de forma inteligente en el presente.

El concepto de la elasticidad cuántica ya fue defendido, o por lo menos intuido, por dos científicos geniales, Cristóbal Colón e Isaac Newton, a la hora de abordar el tema de las profecías:

Cristóbal Colón introduce de forma visionaria, y muy avanzada a su tiempo, la idea de elasticidad cuántica para definir el concepto de profecía. Según este concepto, hechos acaecidos en el futuro obligan a cambiar el pasado, aparecen recogidos en el pasado, y se proyectan al futuro en forma de profecías.

Para Cristóbal Colón, la interpretación de las profecías no consiste en jugar a ser profetas y en adivinar acontecimientos futuros, sino en dar testimonio de que los acontecimientos que ocurrieron en el futuro vienen recogidos en el pasado, certificando de esta manera la eternidad de Dios:

"Porque las cosas que para nosotros todavía son futuras están ya realizadas en la eternidad de Dios"

Asombrosamente Isaac Newton, paradójicamente el padre de la física clásica, comparte el mismo concepto de profecía que Cristóbal Colón. Mediante la noción de la elasticidad cuántica, Isaac Newton, pretendía demostrar la existencia de Dios y su omnisciencia (conocimiento de todas las cosas reales y posibles).

Para Isaac Newton, al igual que Cristóbal Colón, lo interesante es interpretar las profecías ya cumplidas y no caer en la tentación de ejercer de profetas y predecir el futuro. A este respecto dice lo siguiente:

“La locura de los intérpretes ha sido, predecir tiempos y cosas, usando esta profecía, como si Dios hubiera decidido hacerles profetas. Por esta temeridad no sólo se han puesto en evidencia a sí mismos, sino que han traído sobre la profecía también el desprecio. El plan de Dios no podía ser más diferente. Él nos dio ésta y las profecías del Antiguo Testamento, no para satisfacer las curiosidades de los hombres permitiéndoles conocer de antemano las cosas sino que después de que se hubiesen cumplido pudieran ser interpretadas por el evento, y su propia Providencia, y no por los intérpretes, para ser manifestadas por tanto al mundo. Porque la ocurrencia de los eventos predichos muchos siglos antes, será entonces un argumento convincente de que el mundo está gobernado por la providencia.”

Isaac Newton cree firmemente que el futuro puede modificar el pasado. La función del intérprete es constatar como esos hechos futuros ya acontecidos estaban escritos en el pasado, constituyendo todo ello la muestra más palpable de la existencia de Dios, y de su diseño de la Naturaleza.

Ciriaca Morano Rodríguez en su libro Isaac Newton. El Templo de Salomón da una explicación similar para el concepto de profecía de Isaac Newton, semejante al de Cristóbal Colón:

“Newton interpretó, además que las profecías no tienen la finalidad de ofrecer una visión anticipadora de los acontecimientos que van a suceder, sino la de ser una iluminación que permita conocer, a posteriori, que los hechos profetizados se han cumplido con la misma exactitud con que en el mundo natural se cumplen las leyes físicas diseñadas por Dios. En consecuencia, el cumplimiento de las profecías es para Newton la expresión del dominio de Dios sobre la historia humana”







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